Era un matrimonio rico, dueño de extensas tierras, bosques, ríos y ganado. Pero no era completa su suerte: la mujer no podía tener hijos, en cambio entre la gente pobre los hijos abundaban. Para tener un heredero hacían misas, rogativas, donativos; consultaban adivinos, oráculos, recurrían a maleficios.
El pueblo los acompañaba haciendo caminatas, sacrificios, abluciones. Cuando ya tenían las esperanzas perdidas un día la mujer anunció que estaba embarazada. Menudearon las fiestas.
Un día dio a luz un hijo. Cuando cayó al suelo era un lagarto.
Quisieron matarlo pero la madre se opuso y lo crió con amor consagrado.
Esta criatura creció tanto que ocupaba una sala y cuando se enfurecía latigueaba tan fuerte con su cola los muros que era capaz de derrumbar la casa.
Un día dijo: ¡Quiero mujer! ¡Cómo!, le reprocharon sus padres, ¡si eres un lagarlo! ¡Quiero mujer!, repitió y la casa se estremecía con sus coletazos. ¡Cálmate! le rogaron, veremos si te conseguimos mujer.
Fueron entonces a ver a una familia pobre que tenía una hija. Ofrecieron tierras, ganado, agua para el regadío.
La boda se hizo en la iglesia adonde el lagarto fue conducido sobre un andamiaje ricamente adornado. Después de la ceremonia el cura acompañó a la pareja de regreso a casa, acompañados de la banda de músicos, comparsas y una enorme comitiva de invitados. Mientras se divertían dejaron encerrados al lagarto con su joven esposa.
Cuando al otro día fueron a ver el lagarto dormía y solo había restos de huesos de la humilde muchacha. El lagarto la había devorado.
Cuando despertó pidió otra vez: ¡Quiero mujer! Y así se sucedieron las muchachas que fueron sacrificadas para ser devoradas por el lagarto
Hasta cierto día que los padres se acercaron con su propuesta a una familia de muchos hermanitos. ¡Sacrifícate por nosotros!, le dijeron los padres a su hijita mayor.
Esta lloró y fue a ver a una anciana que le dijo: ¡Hijita!, no tengas miedo, ¡cásate con el lagarto! y vas a hacer tres cosas que yo te diga. Y se convino entonces en la boda.
Aquel día la anciana le instruyó a la niña: Él te va a decir ¡Entra a la cama! Le dirás: ¡Tú primero! Te dirá: ¡Apaga la luz! Tú apagas la luz. Él te va a decir entonces: ¡Desnúdate! Tú le dirás: ¡Tú primero! Allí vas a escuchar un ruido tremendo, como el de una cascada, pero no tengas miedo, por nada del mundo enciendas la luz.
Todo hizo la niña como la anciana le instruyó, menos pudo soportar la curiosidad de encender la luz.
Y cuando lo hizo vio a un ser hermoso, esplendente, un ser iluminado, quien desapareció dejando sobre el lecho una ruma de escamas.
La niña, como legítima esposa, heredó todas las haciendas y bienes de la pareja de ancianos, que la llegaron a querer mucho, porque era buena y hacendosa. Ella repartió después toda aquella riqueza entre los pobres.
18 comentarios:
Hoy les dejo una leyenda del Perú, me parece que es para los "peques" más "grandecitos"... espero sea de tu agrado.
Un beso!
que maravilla de cuento...mira que me costo leerlo porque de un ojo no puedo lo tengo hinchado y hegro hasta la boca...pero le lei entero de bonito lo unico que senti que se comiera alguna de las otras jovenes.besitos que no puedo mas
Marina
Gracias por tu visita !
No hay que encender la luz...
en algunas ocasiones...,
Lagarto, lagarto...
Un abrazo,
Luis
No entendí la leyenda; significa que hay que estar a oscuras o no mirar el traje...no entendí, peor está bonita.
Un abrazo y buena semana !
la riqueza de nuestra historia, la valentía de casarse con él! hehehe
querida Alejandra...no se si podre escribirte bien con estos parches en ojos y frente,bueno solo un beso por si mas tarde ya no puedo saludarte,me voy al hospital para ver que me hacen si me quitan los puntos o que. besitos
Marina
Veo que se trata de una leyenda. El aparentemente malo necesitaba purificarse y la muchacha pobre, salir de su miseria. La música de fondo también acompaña. Estás pendiente de todos los detalles. Esto nos muestra su manera de ser.
Siento que no he estado atenta y no he llegado la primera a visitarte como haces tú siempre con mis posts. Estoy muy ocupada con otros temas y, por lo tanto, un poco alejada del blog. Ese es el motivo.
Un abrazo.
No ando escondida que conste, entre para que supieses que existía, pero quiero venir leerte comentar y grabar para no perderte, pero hora ando un poco justa de tiempo vale...
Vuelvo dentro de esta semana.
Un maullido mimosote...
Qué bonita historia, y qué bien escrita, Canto. Gracias por compartir...
Querida amiga... qué belleza cuentista te vas gastando desde hace unas semanas!! El poder del interior, cómo no, siempre hace de las suyas...
A ver si cunde el ejemplo en el globo. Abrazos!
Que cuento más bonito será para los peques pero gusta a los mayores,bien está cuando acaba bien como es el caso.
Besos bonita
Me gustan los cuentos de hadas, príncipes y ... lagartos. Precioso. Besos.
El bebé aparte de precioso veo que es tu sobrinito...que Dios y el Angel de la Guarda lo lleve siempre al ladito y que su tia lo pueda ver hecho un hombre.
Besitos de tu amiga
Marina
Lindo....Adorei!!
Hei-de ler mais....
Un beso*
Canto, espero que está bien, están llegando tantas noticias de esta nueva gripe que he pensado en ti. Un abrazo
Ahora no recuerdo quien pero alguien dijo que los cuentos son para dormir a los pequeños y despertar a los adultos.
Un fuerte abrazo
Mi querida amiga...ACABO DE ABRI UN COMENTARIO TUYO Y ERES UNA POETISA MEJOR QUE YO VAYA ACROSTICO QUE ME HAS HECNO CON MI NOMBRE MUY BONITO YO SOY MUY AFICIONADA A LOS ACROTICOS ¿ CONOCES A fERNANDO NERU?SI LO CONOCES YA ME LO DIRAS Y VERAS QUE ACROSTICO LE HICE HACE DOS AÑOS.
GRACIAS POR TANTO CARIÑO
bESITOS
MARINA
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