RECUERDOS...

Hoy intentaré darle continuidad a la historia de mi madre, que iniciara en un post anterior en meses pasados...y es que cuesta, pero le hace bien al corazón.

No recuerdo el momento preciso en el que inició mi madre el ciclo de trabajo en la elaboración de tortillas.

Por la naturaleza del proceso, puedo pensar que fué un mediodía o una tarde en la que presa por falta de recursos económicos, y respondiendo al deseo de "tener sus centavos", tomó la decisión.

Lo que sí recuerdo muy bien, fué la entrevista que sostuvo con Doña Porfiria, dueña de la tienda de abarrotes, quien confiando en mi madre, le facilitó los primeros ocho kilogramos de maíz para empezar la producción, siendo ella la primera en apuntarse como cliente.

Sí, yo creo que fué una tarde, pues la nixtamalización proceso milenario de origen mesoamericano, requiere de tiempo para la cocción del grano de maíz, al que se le añade ceniza de leña, cal viva, o cal hidratada.

Todas las mañanas muy temprano, se levantaba y procedía a lavar y limpiar el nixtamal cocido y reposado previamente; en tanto ella preparaba el fogón de leña, lavaba el comal con hojas de ciricote y ceniza, yo iba a la molienda de nixtamal, con la consigna de no quedarme por ahí a jugar, pues las tortillas debían de entregarse a domicilio a eso de las diez de la mañana.

Ahí, junto a ella, en la "banqueta", comíamos el huevo en tortilla que mi madre nos preparaba, un día sí, y al otro también, y después del baño, listos para la escuela!

Por la tarde, a empezar de nuevo...

Un día mi madre empezó a enfermar...

El médico le mandó examinar los pulmones, al revisar los resultados, le preguntó si fumaba.

Recuerdo que mi madre comenzó a reír...

-Yo fumar? cómo cree-, -jamás en mi vida he probado un cigarro-

Después en privado nos dijo que mi madre tenía los pulmones llenos de "hollín", algo así como los pulmones de un fumador empedernido.

Al narrarle esta historia, el médico comprendió.

Mi mamsi como le decía de cariño, jamás se recuperó...apenas pudo estar con nosotros una navidad más y el 1o. de mayo (Día en que se celebra aquí en México el Día del Trabajo) sus ojos se cerraron para siempre y su corazón incansable, dejó de latir...

El fin de semana pasado me encontré con Lupita, una señora que como mi madre, prepara tortillas de maíz para un restaurante de comida yucateca. Me acerqué a ella y le pedí si le podía hacer una foto; ella accedió amable y gustosa.

Le agradecí con un abrazo y un beso...

Con el llanto contenido y los recuerdos a flor de piel, casi en silencio, musité una oración.